domingo, 26 de julio de 2015

Nacida bajo el signo del toro


Título: Nacida bajo el signo del toro
Título original: Nacida bajo el signo del toro
Editorial: Alfaguara
Autor: Florencia Bonelli
Género: Drama, romántica


Florencia Bonelli.
La vida de Camila da un giro drástico el día en el que la empresa de su padre se declara en bancarrota. Un piso más pequeño en un barrio viejo y decrépito y un colegio público son algunos de los cambios que debe afrontar.
Detesta la nueva realidad, por lo que se encierra en la soledad que le brindan sus libros. Hasta que conoce a su nueva vecina, una astróloga que la iniciará en los misterios de las nacidas bajo el signo del toro. A medida que Camila comienza a aceptar la vida que tanto detestaba, el chico más guapo de su clase, Sebastián, y Lautaro, un enigmático compañero, irán entrando en su vida y, junto a ellos, aparecerán nuevas emociones y decisiones que tomar. 

    Argumento y desarrollo.
    Camila, niña pija, rubia e insoportable cuya familia, un buen día, se queda sin dinero y se debe mudar de la zona pija a una normal. La novela nos sitúa un año después, con Camila lamentándose de lo mala que es su vida, deseando ser la más popular, lamentándose de su cuerpo y suspirando porque nadie la quiere (y con razón). Entonces, otro buen día, debe hacer un trabajo de clase con Lautaro, el súper-empollón-sin-gafas-de-pasta, y llega Sebastián, el tío más tonto y más guapo de la clase, y se cabrea, y es entonces cuando empieza el principal argumento de una mala novela juvenil: chico misterioso vs. chico cachitas. Todo muy patético y con insultos argentinos (con perdón de los argentinos). Entonces ella empieza a salir con Lautaro, pero Bárbara, la súper-hiper-mega-guay de la clase, empieza a acosarles porque es la ex del chaval, Camilla monta un ataque de celos, corta con Lautaro, deja de comer y encima se extraña de que se vaya con la otra, mientras Sebastián intenta conquistarla por todos los medios. En una escena de supervivencia completamente ineccesaria, tanto este triángulo amoroso como los problemas de autoestima de Camilla se resuelven milagrosamente. Paralelamente en la historia, nuestra "carismática" (nótese el sarcasmo) empieza a trabajar como niñera para el hijo de su vecina, la cual es psicóloga y astróloga, y, cito textualmente: A la mañana siguiente entró en la Escuela Pública número 2 con otra disposición. Miraba a sus compañeros, incluso a los chicos de otras clases, y se decía: <<A diferencia de vosotros, yo trabajo para ganarme la vida>>. Modesto baja que sube Camila. También debe lidiar con la separación de sus padres, que según ella es un dramón, ya que prefiere que sus padres sigan viviendo juntos y que no se aguanten, antes de que se separen y puedan rehacer su vida con otras personas y sean felices. Muy desinteresado todo.

    Estilo.
    No tengo apenas quejas sobre el estilo de Florencia Bonelli. Escribe muy sobrio, con un gran uso de adjetivos, y excelentes descripciones. Lo único es que su vocabulario en boca de los personajes resulta poco creíble, ya que supuestamente se trata de adolescentes de clase media-baja. 

    Personajes.
    • Camila: Niñata insoportable con síndrome de intelectual busca novio para que se sienta querida y cure todos sus problemas de autoestima. Jamás he odiado tanto a un personaje en toda la historia de la literatura: se caga todo por lo que el feminismo ha estado luchando durante los últimos años, y a su lado Bella de Crepúsculo y Anastacia (perdón si lo escribo mal) de 50 sombras de Grey son personajes profundos y psicológicamente complejos. Tiene todos los defectos de un tauro y ninguna de sus virtudes. Creía que yo en mi época emo juzgaba demasiado a la gente, pero Camila se lleva la medalla: se cree mejor por los demás sólo por saber idiomas (exactamente los mismo que sé yo y sí, presumo, pero no tanto), por ser estudiosa y por leer a los 16 libros que me leí yo a los 11. No para de lamentarse de sí misma y, en vez de tomar las decisiones equivocadas (que a todos nos pasa, errar es humano), no toma ninguna en absoluto y encima se queja del desarrollo de los acontecimientos. Tú no necesitas un astrólogo, necesitas un psiquiatra y un buen polvo. Eh, espera, esto último ya lo tienes, y encima te sigues revolviendo en tu dolor.
    • Lautaro: El chico misterioso y uno de los extremos del ¿inevitable? triángulo amoroso que se forma en el libro. Me caía bien hasta que empezó a comportarse de forma obsesiva con Camila. Hasta se acuerda de la ropa que ella llevaba el día que la vio por primera vez. Está más salido que el pico de una mesa y no duda en aprovechar la situación para hacer daño a Camila, para luego venirle con cosas como "eres lo más bonito que me ha pasado en el mundo", "te querré hasta que me muera" o "quiero hacerte el amor". Por favor, castradle para evitar que se reproduzca.
    • Sebastián: Cachitas y esquina final del triángulo amoroso. A decir verdad, es el personaje que más soportable se me ha hecho: lo dibujan como un tío estúpido, primario, simiesco y sin capacidad para procesar las órdenes más sencillas, y es así como actúa durante todo el libro, por lo tanto, y contrariamente con los otros dos protagonistas que son presentados como inteligentes, todas las estupideces que hace resultan completamente predecibles.
    • Bárbara: La típica chica súper-hiper-mega-guay a la que se quiere parecer Camila hasta que descubre que ¡oh, sorpresa! se droga, bebe, fuma y sale de noche. Al parecer Camila creía que las dos populares de la clase se pasaban la tarde haciendo calceta. Se sabe desde el principio que es la mala y, es más, no sólo le sale todo mal (en mi opinión, si eres mala y te sale bien al menos tienes una excusa), sino que encima se presenta de mosquita buena porque no se gusta a si misma y sí, Camila la perdona al final. Con dos pares de ovarios. 
    • Alicia: Psicóloga y astróloga. Para conseguir cita con ella, tienes una gratis, y luego ella ve con cuál de sus dos profesiones prefiere tratarte. Aunque debo confesar que me ha parecido de los personajes más sensatos en el libro, es la principal responsable de que a Camila se le suba el ego y se crea la más profesional del mundo por cuidar de su hijo.
    Final. 
    Después de que a Camila le salga todo mal, y de forma merecida, y tras una escena de supervivencia que, como ya mencioné antes, era completamente innecesaria, todo se arregla de forma milagrosa: su relación con Lautaro se arregla como por arte de magia con un par de besitos y un par de "te quieros", Sebastián que debería haber perdido la pierna no la pierde (aunque le veía futuro con una pierna robótica en un libro de ciencia-ficción) y un largo e ilógico etcétera. También hay posteriormente una escena de sexo entre Lautaro y Camila que no calienta ni el Cola-Cao en el microondas en la cual se demuestra que Lautaro es PUTO PERVERTIDO SEXUAL PARADLO ANTES DE QUE PONGA HUEVOS. Y, lo peor de todo, es que en una cierta parte, Camila dice: <<por fin sé lo que es la vida>>, pero todo acaba bien como en un cuento de hadas. Si esto no es un fiat en toda regla, que baje LynxReviewer y lo vea.

    Conclusión.
    Libro ejemplo por el que la gente odia la literatura juvenil, culebrón endulzado y personajes a los que dan ganas de meterles un guantazo a mano abierta y con los anillos puestos. No tiene excusa para ser tan malo.

    Sebastián y Lautaro peleándose, casi literalmente, por ver quién tiene la polla más grande.
    Lautaro "glamour en las venas" y  Camila "no me importa el dinero aunque sea pobre y mi novio rico" antes de pasar a la cuarta base.
    Alicia y Camila charlando junto a un cuadro pornográfico.

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