jueves, 20 de agosto de 2015

La Marca de Atenea



Título: La marca de Atenea
Título original: Heroes of the Olympus 3. The Mark of Athena
Editorial: Montena
Autor: Rick Riordan
Género: Fantasía, mitología, aventuras

<<Me llamo Némesis tanto para los griegos como par los romanos. Yo no cambio porque la venganza es universal.>>

Rick Riordan.
El destino de la humanidad pende de un hilo: Gea, la madre Tierra, ha abierto de par en par las Puertas de la Muerte para liberar a sus despiadados monstruos. Los únicos que pueden cerrarlas son Percy, Jason, Piper, Hazel, Frank, Leo y Annabeth, el equipo de semidioses griegos y romanos elegidos por una antigua profecía. Pero su misión es todavía más difícil de lo que parece: sospechan que para encontrar las puertas deberán cruzar el océano, tienen solo seis días para conseguirlo y, por si fuera poco, acaba de estallar la guerra entre sus dos campamentos y ahora ellos son un objetivo... ¿Lograrán ganar esta carrera de obstáculos contrarreloj?

Argumento y desarrollo.
El libro comienza exactamente en el mismo punto en el que terminó el anterior, con la llegada del Argo II al Campamento Júpiter. Una vez allí, los griegos son acusados de querer destruir la Nueva Roma, iniciándose así una guerra civil entre ambas generaciones de semidioses. El grupo de los Siete no sólo tienen que lidiar con este contratiempo, haciendo que Annabeth siga la Marca de Atenea, sino que también deben cerrar las puertas de la muerte para evitar que Gea cree un ejército. No sólo se enfrentarán a enemigos mitológicos de la talla de Narciso, Gambazilla, Hércules, y Efialtes y Oto, sino que también tendrán que superar ciertos conflictos que existen entre ellos si quieren trabajar en equipo.
Esta novela es la perfecta continuación de la anterior, ni sobrecargándote respecto al final de El hijo de Neptuno ni actuando como una pausa ineccesaria. Seguiré hablando de esto en el Final.

Estilo.
No voy a repetirme respecto a anteriores entradas. En este libro Rick Riordan ha logrado sorprenderme de verdad. Ya sabía que era un buenísimo escritor, pero ahora sí que me lo ha dejado claro en el capítulo XXII, en el cual he llorado como una magdalena. Por otro lado, me ha fascinado el "cameo" que ha hecho Audrey Hepburn en este libro, siendo descrita de la siguiente forma: <<Percy había visto náyades con menos cara de duende que aquella mujer.>> También quiero destacar su gran trabajo escribiendo desde el punto de vista de Annabeth haciendo que, aún siendo un personaje ha estado allí desde el principio, siga fascinándonos.

Personajes.
  • Percy: Siento ser la típica fangirl que este escritor odia, pero me veo en la obligación de preguntarme: ¿dónde está Percy? Sí, está allí, y hay gran parte del libro narrada desde su punto de vista pero, al contrario que en otras novelas, el protagonismo que tiene es casi mínimo hasta el final. Apenas lucha y apenas tiene un gran papel en la trama hasta las últimas ¿100 páginas? Donde acompaña a Annabeth para que pueda seguir la Marca de Atenea y lucha contra Efialtes y Oto. Pero yo SÉ que en La casa de Hades tendremos mucho más Percy y no, aún no me lo he empezado, así que no os estoy adelantando nada. 
  • Annabeth: Tan familiar y a la vez tan misteriosa para nosotros, los lectores, ya que aunque ha estado al lado de Percy desde su primera aventura, jamás hemos podido meternos en su piel... Hasta ahora. Debo reconocer que gracias a este libro se ha convertido en una de mis heroínas por su gran inteligencia (para ella todo es tan obvio y tan sorprendente para el resto), por su forma física (de la que yo carezco totalmente) y por su sensibilidad. Debería ser un modelo de conducta para todas las chicas jóvenes.
  • Jason: O SuperMan rubio para los amigos. Me disgusta un poco el potencial de este personaje y lo poco que se aprovechan sus poderes. Seguro que su talento para la lucha es innegable pero, diablos, es el hijo de Júpiter, ¿no le bastaría con achicharrar a su enemigo con un rayo o algo? Sé que el protagonismo tiene que repartirse entre los siete personajes, pero quiero más Percy y más Jason.
  • Piper: Me sigue reventando la cabeza la gente que dice que es inútil. De acuerdo, no es la mejor luchadora, pero su gran corazón, su lealtad hacia sus amigos y su embrujahabla son armas más que suficientes para conseguir sus objetivos; sobre todo a la hora de vender a Heracles / Hércules, que no es moco de pavo. Además, consigue salvar a Percy y a Jason de una muerte casi segura. ¿Has hecho tú eso? Seguro que no... Team Piper Forever.
  • Frank: Se nota un gran cambio entre el Frank de El hijo de Neptuno y el de La Marca de Atenea. Sí, puede que en la vida normal siga siendo el mismo chico patoso e inseguro, pero se nota mucho el control que empieza a cogerle a sus poderes. Parece que entre que los descubrió y los hechos que se narran en la novela han pasado meses, ¡y no apenas unos días!
  • Hazel: Sí, la tercera protagonista femenina de este libro es también mi favorita. Aunque es mucho más dulce y tranquila que Annabeth y Piper, también es lo que se dice una badass en la batalla y una semidiosa muy decidida. Junto con Leo protagoniza el maravilloso capítulo XXII, con el cual casi inundo la casa.
  • Leo: Se nota que es el personaje favorito del escritor ya que es el único que puede compararse en belleza a Narciso. Y porque acapara casi todo el protagonismo, ojo, que no estoy diciendo que sea mal personaje, al contrario, se le coge un cariño increíble, pero con Leo el escritor a cometido el típico error que todo narrador comete cuando quiere que el final de una serie sea imprevisible. Como tenga razón me voy a enfadar un poquito.
Final. 
OH DIOS MÍO. Sólo esas tres palabras resumen a la maravilla lo que pensé cuando cerré el libro. No diré si es para bien o para mal, pero, OH DIOS MÍO.

Conclusión.
En mi opinión, probablemente el mejor libro que haya escrito Rick Riordan no ya en toda la saga, sino en toda su carrera. Va a ser complicado que los siguientes libros sigan una línea ascendiente, pero aún así, después de terminar La puerta oscura: el Mal, voy a coger el siguiente libro con muchísimas ganas.

lunes, 17 de agosto de 2015

Sin tetas no hay paraíso

No, no vengo a hablaros de la saga de Telecinco protagonizada por Miguel Ángel Silvestre y Amaia Salamanca que, en mi opinión, es de una calidad bastante cuestionable. Vengo a hablaros de un tema mucho más serio que sí, tiene que ver con las tetas o, en este caso, con la falta de ellas.
Este último fin de semana mi madre y yo entramos en un establecimiento (cuyo nombre no diré hasta el final para evitar ciertas predisposiciones ante lo que estoy a punto de decir) con la intención de comprar ropa o, por lo menos, ver qué se llevará la próxima temporada de otoño-invierno. La estructura de la tienda es un tanto extraña, de modo que para pasar a los probadores, estando en la sección de mujer, tengo que atravesar la sección infantil. Y es entonces, caminando por esta zona, cuando me percato de una cosa: el relleno de los sujetadores. "Pero, Sara, no tiene nada de malo llevar sujetadores con relleno", me dirán algunos. Y tienen razón: si eres una persona medianamente madura consciente de su cuerpo y de cómo quieres que éste se vea. Rebobinemos un poco: sujetadores con relleno en la sección infantil. Sí, gentecilla mía, sujetadores con relleno para que se lo pongan las niñas pequeñas.


Quizá en la imagen se pueda apreciar (no lo sé porque con el móvil que tengo ahora las fotos salen de c*lo) el pequeño tamaño de los sostenes que, obviamente, no dan talla como para caberle a una chica joven de cuerpo desarrollado. Son obviamente talla de NIÑA. Mi pregunta es: ¿para qué ponen sujetadores con relleno y con aros para que se lo pongan las niñas, si no tienen tetas? Si no te lo has replanteado en ningún momento a lo largo de esta entrada, por favor, ve a que te mire un profesional.


Cuando yo era enana, o por lo menos cuando tenía la edad para la cual están dirigidos estos supuestos "sujetadores" ya que no tienen nada que sujetar, lo máximo que llevábamos era una especie de top, que no era más que una especie de sujetador deportivo, parecido a una camiseta corta. YA. Tampoco es que a los 10 años aspiráramos a tener la delantera de Pamela Anderson. Jugábamos a ser mayores. 


Y creo que ése es exactamente el problema: jugábamos. En pasado. Los niños de ahora no juegan a ser mayores, son mayores. Las niñas ya no juegan con los Baby Borns fingiendo ser mamás, no se ponen la ropa de su madre, ni le estropean el maquillaje intentando ver cómo les quedaría. Ahora compran ropa con escotes de vértigo (aunque no tengan nada que enseñar), llevan minifalda (aunque no tengan ni curvas ni cadera para marcar), se depilan (aunque no tengan ni pelusilla), se maquillan (aunque no tengan ni carnosos labios que marcar ni mirada que enfatizar) y llevan tacones (aunque no tengan postura que estilizar). No quieren crecer porque, a sus ojos, ya son lo suficientemente maduras y lo suficientemente cool.


¿Es malo que las niñas (intentaré no generalizar, aunque es cierto que esto se da más en las niñas que en los niños) quieran ser mayores? Por su puesto, y yo misma he pasado por ello: de niña los pre-adolescentes me parecían lo más, de pre-adolescente sólo quería empezar el instituto de una vez, en la ESO quería tomar mi camino a Bachillerato lo más rápido posible y, ahora que acabo de terminar de Bachillerato, estoy impaciente por empezar mi vida como universitaria, y muy probablemente en cuanto empiece la carrera esté hasta los c*j*nes y sólo quiera salir de allí y ponerme a trabajar enseguida. Cuando yo era niña y lo único que quería era crecer, tuve a una madre allí que me dijo que fuera paciente, que las cosas llegan cuando llegan y que no hay que precipitar nada. Pero ahora, al parecer, el mundo está lleno de madres ineptas que en vez de educar a sus hijas de manera sana les conceden todos sus caprichos, y si eso implica comprarles un sujetador con relleno aunque sean más planas que una tabla de planchar, pues se lo compran. 
Y es así cómo salen atrocidades como el Canguro Fest. Si eres lo suficientemente valiente cómo para buscar en Google lo que es, adelante, no te arrepentirás.


Volviendo al tema de mi madre, ella tiene una teoría, con resultados bastante positivos: a las niñas, al hacer la comunión, les entra un súper pavo de creerse súper maduras. Respecto a esto, he estado recordando mi época escolar, por aquella época, y es cierto que a partir de ese momento a muchas chicas de mi clase les empezó a entrar la tontería. Yo creo que a mí el tonto me ha durado menos y ha sido más suave debido al hecho de que no he hecho la comunión. Pero ya, bromas aparte, ¿qué tiene esta aparente inofensiva ceremonia religiosa que hace que todas las jóvenes de 10 años se empiecen a creer tan geniales? Tened en cuenta que si en una tienda hay esto es porque alguien lo compra.

Ahora, sin más dilación, diré el nombre de la tienda que se ha atrevido a tal aversión: Kiabi. Para los más observadores esto no será ninguna sorpresa, ya que probablemente hayan mirado en las etiquetas. Sí, señores, lo que más sorprende de esto es que no se trata de una gran internacional que hace un millón de cosas pérfidas y a todo el mundo parece darle igual (ej.: usar mano de obra infantil). Se trata de una tienda más bien grande, con precios bastante razonables, buen tallaje y con ropa no excesivamente fea. Me pregunto: ¿quién fue el peazo genio del marketing que se levantó un día pensando que sería buena idea venderle un sostén con aros y relleno a niñas pequeñas? ¿Y por qué dicho genio del marketing no está ahora mismo prudriéndose en los Campos de Castigo? 

Ahora llegará el típico listillo que dirá...
"No es para tanto". Porque da igual lo cabreado que estés sobre un tema, lo que te haya pasado o si quiera has conseguido escapar a los perversos juegos de Jigsaw, siempre estará el típio g*l*pollas que te dirá esa frase. "No es para tanto". Si has pensado alguna vez esto a lo largo de este... ¿artículo? ¿entrada?, por favor, imagínate esto: tu hermana pequeña, prima, sobrina, hija, o quien sea, vestida como esa tía por la que babeábais todos en la discoteca cuando perreaba reggateón a lo más bestia. 
Tras dejaros con esta grotesca imagen en la mente, os deseo buenas tardes y una buena reflexión. 

miércoles, 12 de agosto de 2015

Un amor entre dos mundos


Título: Un amor entre dos mundos
Título original: Upside Down
Dirección: Juan Diego Solanas
Géneros: Ciencia ficción, romance, fantasía

<<¿Y si el amor fuera más fuerte que la gravedad?>>

Adam es aparentemente un tipo corriente dentro de un universo extraordinario, compuesto por dos mundos, uno superior y otro inferior, ambos con gravedades diferentes. Adam conserva en la memoria el recuerdo del amor imposible que tuvo diez años atrás con Eden, una chica que conoció del otro mundo, el superior, un lugar que se halla fuera de su alcance. Sin embargo, cuando vuelve a verla en la televisión, Adam decide encontrar el camino que la lleve hasta ella.

Argumento y desarrollo.
Al principio de la película se nos presenta la situación de ambos mundos: tenemos dos planetas, muy cerca el uno del otro, en el que aún así sólo te ves afectado por la gravedad de tu mundo, y en el que los objetos del otro arden. Tras presentarnos estas curiosísimas leyes físicas, conocemos a Adam, el protagonista casi total, de niño, escalando a lo alto de una montaña y conociendo allí a una chica de lo que llaman "el mundo de arriba", desarrollado y tecnológico. Pasan los años, y se enamoran, pero en un accidente pasando de un mundo a otro Eden pierde la memoria. Diez años después, Adam la ve en la televisión, y a partir de ese momento decide ir a buscarla, incluso si eso significa desafiar las leyes físicas.
La película no sólo cuenta con un argumento un poco cursi, pero bastante bien enfocado, sino con un muy buen desarrollo, ni tan lento como para que te aburras, ni tan rápido como para que te sepa a poco, en el que ningún momento sobra para el correcto desarrollo de la historia. 

Ambientación.
Una de las mayores maravillas que me he encontrado en cuanto a una película. Por un lado, tenemos "el mundo inferior", que se nos muestra gris y apagado, ya que es completamente explotado por "el mundo superior", dorado, brillante y lleno de lujo; pero, sin duda alguna, lo más fascinante es lo que yo llamo el "intermundo", donde Adam y Eden (eso sí, los nombres no se los han currado mucho) se conocen, donde pueden dar rienda suelta a su amor y donde la gravedad es casi nula, con efectos especiales anti-gravedad buenísimos, con mucho colorido y paisajes especiales fantásticos. El único inconveniente que le he visto a esto es la presencia de sol, de luna y de estrellas, dado que el cielo de ambas ciudades es la otra, talque así:

(Excusa que utilizo para poner un fotograma de esta imaginaria película.)

Personajes.
  • Adam: Protagonista casi total de la cinta, en el que todo está narrado desde su subjetivo punto de vista. Tras pasarse gran parte de su infancia y adolescencia enamorado de Eden, y creyendo que está muerta, no duda un solo segundo en ir a buscarla al descubrir que simplemente está amnésica. Se presenta ante la empresa "Intermundo" presentando su innovadora crema anti-arrugas, cuyo ingrediente principal se mantiene siempre secreto ante la compañía.
  • Eden: Pierde la memoria y, aunque aparentemente parece no recordar a Adam hasta casi el final, jamás muestra indicios de discriminación contra la gente del otro mundo. Al principio se muestra un poco confusa ya que Adam se hace pasar por otra persona para conocerla pero, al conocer su verdadera identidad, no dudará en mostrar su amor.
  • Bob: El mejor amigo de Adam en la empresa "Intermundo", a pesar de pertenecer al planeta opuesto. Cabreado al ser despedido de la empresa a la que ha jurado lealtad durante más de treinta años, ayudará a Adam no sólo en su propósito de conocer a Eden, sino también en luchar contra las frontera de ambos mundos.
Final.
Primero dejadme seguir un poco con el argumento: tras utilizar Adam materia del mundo superior para pasar a éste y conocer a Eden, es descubierto y despedido del trabajo, prácticamente cuando Eden recupera la memoria. Es entonces cuando Bob, utilizando el ingrediente secreto de la crema anti-arrugas, que no es más que miel de abejas rosas (las cuales tienen la habilidad de polinizar en flores de ambos orbes). Tras patentarlo, se descubre que la pareja va a tener un hijo y... Así dejo la cosa para que veáis la peli. Sólo os digo que es un final feliz, aunque no en el sentido que me esperaba.

Conclusión.
Filme que, a pesar de tener ingredientes que no me gustan (romance ñoño, el intentar inventarse leyes físicas propias y la irónica crítica al capitalismo que encontramos en casi todo el cine comercial), ha sabido enamorarme, tanto visual como argumentalmente, dejándome con ganas con más ganas de historias de este particularmente. Recomendada si eres un romántico en busca de historias de amor que se salga un poco de Federico Moccia y Blue Jeans. Aunque debo reconocer que al acabar de verla acabé con un cierto mareo de tanto subir hacia abajo y bajar hacia arriba.

El centro de reunión entre Adam y Eden.


Así son las reuniones de trabajo para Adan

Sin palabras.
Punto ciego entre ambas gravedades.


Muy bonito, pero me sigue sin cuadrar el tema de que haya luna.








viernes, 7 de agosto de 2015

Luchemos contra la ignorancia popular

Para hoy tenía programada la reseña de la película Un amor entre dos mundos pero, mientras la preparaba, he visto un vídeo de YouTube que me ha llamado la atención por su pésimo contenido, y me ha parecido que merecía más la pena luchar contra equivocadas creencias populares. Os dejo a continuación en vídeo que quiero criticar, señalando que es el primer vídeo de la historia de YouTube al que he dado dislike:


No es ningún secreto que últimamente me he aficionado a los vídeos de terror, leyendas oscuras y teorías conspiranoicas, por lo que era cuestión de tiempo que llegara a ver este, pero mientras que otros se dedican totalmente a narrar leyendas urbanas, subir Five Nights at Freddy's o hacer una comparación de la mitología lovecraftniana, éste se ha llevado la palma por tratar el polémico tema del satanismo y, debo decir, de una forma muy poco acertada y nada informada. Empecemos por el principio, iré explicando los errores símbolo por símbolo:
  1. La esvástica: El origen de este símbolo lo encontramos por primera vez en culturas orientales ancestrales, tales como el hinduismo, el taoismo o el budismo, con el significado de abundancia, buena salud y vitalidad. Más tarde, en el s. XX, fue apropiado por Hitler y por el movimiento nazi como insigna de la raza aria, y desde entonces se le acuña ese significado. Aunque, obviamente, todos lo vemos como algo negativo, no tiene nada que ver con el satanismo, sino con una doctrina política, social y económica bastante maligna. Añado que uno de los lemas del nazismo era el kinder, küche, kirche, refiriéndose al papel de la mujer en la sociedad: "niños, cocina e iglesia". ¡Sorpresa! Los nazis eran religiosos. Por lo tanto, a lo que los occidentales respecta, la esvástica y la religión son dos cosas separadas. Os pido como favor que si conocéis a alguien que afirma ser de religión satánica y, a la vez, de doctrina nazi o neo-nazi, penséis esto: o que quiere llamar la atención, o es alguien que está mal de la cabeza que utiliza estos dos nombres para justificar sus crueles actos.
  2. El pentagrama: Tanto el pentagrama como el pentáculo (los subrayo para señalar que no son lo mismo) son símbolos de origen pagano, cuyas cinco puntas se corresponden con los cinco elementos: agua, fuego, tierra, aire y energía, y aunque es cierto que el círculo exterior simboliza protección, es también alegoría de la naturaleza y del cosmos, no del quinto elemento. Ahora vamos con la diferencia entre pentagrama y pentáculo: el primero es de origen pagano y, ciertamente, está relacionado con técnicas satánicas y con el Baphomet (del que hablaremos más adelante), pero el segundo, del mismo origen, está adherido a la práctica de magia BLANCA. Por lo tanto, debido a su origen, es rematadamente imposible que ninguna de las "cuatro" esquinas simbolice a ningún diablo (según éste pobre inculto: el agua con Leviatán, el fuego con Satán, la tierra con Belial, el aire con Lucifer), dado que en las antiguas mitologías no existía el término de diablo. Sí, existía un inframundo, pero acababas en él sí o sí. Hades no es el demonio para los griegos, Osiris no es el demonio para los egipcios, ni Hella lo es para los nórdicos. "Demonio" es un término abrahámico. Repite conmigo: a-bra-há-mi-co. Por otra parte, ahora que hemos dejado un poco más claras las creencias paganas, debo señalar la diferencia entre un satanista ateológico y un satanista teológico: el satanismo ateológico no es una religión, es una idea filósofica, parecida a un agnosticismo bastante pesimista; y los satanistas teológicos creen lo mismo que un cristiano, cree en Dios, ángeles y santos, pero digamos que "se ha unido al otro bando". Como guinda, debo decir que en el vídeo, entre todos las estrellas de cinco puntas, encontramos una de seis, la Estrella de David, símbolo judío. ¡Toma ya!
  3. La cruz invertida: Símbolo, en contra de toda creencia habitual, católico (aunque no utilizado), y no satánico. San Pedro, tras ser condenado a morir por crucifixión, se niega a ser ejecutado como su maestro, Cristo, y pide perecer en una cruz puesta del revés, con los pies en alto y la cabeza abajo. El crucifijo invertido simboliza el dolor, ya de por sí muy presente en una crucifixión normal, el sufrimiento y el calvario. Así pues, no es de extrañar que en la Iglesia Católica sea utilizado, ya que no simboliza los valores inversos a la iglesia, si no todo lo contrario: la responsabilidad de sufrir para ganarse la vida eterna llevada al máximo. Admito que soy la primera en identificarse como anti-clerical, pero el insinuar que la Iglesia es satánica por sólo un infundio es, cuanto menos, osado. Hacedme otro favor: si encontráis en Tumbrl una de estas chicas tan pastel goth llevando camisas con esta representación creyéndose súper rebeldes, preguntadles que si saben qué significa en realidad. En serio, adelante, pregunta.
  4. El ojo de la providencia: Dejemos a un lado las bromas sobre Illuminatis, que en mi opinión es sólo una invención de Hollywood para vender la versión cinematográfica de El Código Da Vinci. Este chico ha confundido el mito egipcio de el ojo de Orus, con el ojo que todo lo ve. Ciertamente, Dios (según La Biblia) es omnisciente, omnipotente y omnipresente, y por lo tanto el ojo que todo lo ve es un símbolo suyo, y no de Satanás, ya que esta insignia sólo recalca la presencia de Él, de Dios, como una advertencia en una tienda de que hay cámaras de seguridad. En serio, Satán no es, como muchos piensan, una simple "antítesis" de Dios, él no necesita ver nada, es Dios quien ve y juzga. 
  5. Baphomet: Debo reconocer que Baphomet es la imagen de la que menos información tengo a priori. Se entiende que los que buscan destacarlo son contrarios al cristianismo, ya que su origen está ligado a los Caballeros de la Orden del Temple, quienes fueron condenados por herejía. Muchos de estos caballeros confesaron actos apóstatas y fueron torturados. Aún así, algunas fuentes más aventuradas sostienen que el Baphomet corresponde a Cristo, y que la res se trataba de la cabeza embalsamada de Juan el Bautista, contradiciendo la creencia de la Resurrección. Aunque es cierto que, de todos los símbolos que hemos visto, es el que se acerca más a un satanismo real, no me lanzaría yo a afirmarlo tan libremente. Por último, quiero añadir que no es el dios de los brujos, ya que esta encarnación pertenece a una DIOSA griega, a Hécate.
  6. 666: ¿Casualidad que esté en el puesto 6? No lo creo. Bromas aparte, voy a citar un concreto versículo de La Biblia: En esto consiste la sabiduría: el que tenga entendimiento, calcule el número de la bestia, pues es número de un ser humano: seiscientos sesenta y seis. La principal creencia en la que se basa este versículo del Apocalipsis (que narra el fin del mundo desde una forma muy abstracta y casi incomprensible) es en la perfección del número 7, dejando al número 6 como una cifra mediocre, y por lo tanto, el 666 como maldito. Lo que nadie se esperaba es que, traduciendo otra vez e investigando, el número que da no es el 666, como afirma San Juan, si no 616. Un ¡zas! en toda la boca en toda regla. Como bien nos han enseñado las matemáticas, los números tienen el valor que nosotros elijamos darles. ¡Ah, antes de que se me olvide! El tener miedo a la tarjeta Visa sólo está justificado si eres anarquista o anti-capitalista.
Quiero dar cierre a esta entrada diciendo que no os dejéis llevar por lo que digan los fanatismos religiosos, tanto cristianos como de cualquier otra índole. Que tú tengas tus ideas no significa que las otras tengan que ser necesariamente malas, mientras no terminen con los derechos vitales de otra persona. Pero, sobre todo, si no te crees algo, lee, investiga, estudia por tu cuenta, no te quedes con lo que otros te digan. Aunque respeto las creencias de cada uno, cierto es que la Iglesia ha hecho mucho a lo largo de los años para evitar que ciertos conocimientos lleguen al público general, y si no transmitimos un mínimo de cultura, podemos terminar en una segunda Edad Media.