lunes, 17 de agosto de 2015

Sin tetas no hay paraíso

No, no vengo a hablaros de la saga de Telecinco protagonizada por Miguel Ángel Silvestre y Amaia Salamanca que, en mi opinión, es de una calidad bastante cuestionable. Vengo a hablaros de un tema mucho más serio que sí, tiene que ver con las tetas o, en este caso, con la falta de ellas.
Este último fin de semana mi madre y yo entramos en un establecimiento (cuyo nombre no diré hasta el final para evitar ciertas predisposiciones ante lo que estoy a punto de decir) con la intención de comprar ropa o, por lo menos, ver qué se llevará la próxima temporada de otoño-invierno. La estructura de la tienda es un tanto extraña, de modo que para pasar a los probadores, estando en la sección de mujer, tengo que atravesar la sección infantil. Y es entonces, caminando por esta zona, cuando me percato de una cosa: el relleno de los sujetadores. "Pero, Sara, no tiene nada de malo llevar sujetadores con relleno", me dirán algunos. Y tienen razón: si eres una persona medianamente madura consciente de su cuerpo y de cómo quieres que éste se vea. Rebobinemos un poco: sujetadores con relleno en la sección infantil. Sí, gentecilla mía, sujetadores con relleno para que se lo pongan las niñas pequeñas.


Quizá en la imagen se pueda apreciar (no lo sé porque con el móvil que tengo ahora las fotos salen de c*lo) el pequeño tamaño de los sostenes que, obviamente, no dan talla como para caberle a una chica joven de cuerpo desarrollado. Son obviamente talla de NIÑA. Mi pregunta es: ¿para qué ponen sujetadores con relleno y con aros para que se lo pongan las niñas, si no tienen tetas? Si no te lo has replanteado en ningún momento a lo largo de esta entrada, por favor, ve a que te mire un profesional.


Cuando yo era enana, o por lo menos cuando tenía la edad para la cual están dirigidos estos supuestos "sujetadores" ya que no tienen nada que sujetar, lo máximo que llevábamos era una especie de top, que no era más que una especie de sujetador deportivo, parecido a una camiseta corta. YA. Tampoco es que a los 10 años aspiráramos a tener la delantera de Pamela Anderson. Jugábamos a ser mayores. 


Y creo que ése es exactamente el problema: jugábamos. En pasado. Los niños de ahora no juegan a ser mayores, son mayores. Las niñas ya no juegan con los Baby Borns fingiendo ser mamás, no se ponen la ropa de su madre, ni le estropean el maquillaje intentando ver cómo les quedaría. Ahora compran ropa con escotes de vértigo (aunque no tengan nada que enseñar), llevan minifalda (aunque no tengan ni curvas ni cadera para marcar), se depilan (aunque no tengan ni pelusilla), se maquillan (aunque no tengan ni carnosos labios que marcar ni mirada que enfatizar) y llevan tacones (aunque no tengan postura que estilizar). No quieren crecer porque, a sus ojos, ya son lo suficientemente maduras y lo suficientemente cool.


¿Es malo que las niñas (intentaré no generalizar, aunque es cierto que esto se da más en las niñas que en los niños) quieran ser mayores? Por su puesto, y yo misma he pasado por ello: de niña los pre-adolescentes me parecían lo más, de pre-adolescente sólo quería empezar el instituto de una vez, en la ESO quería tomar mi camino a Bachillerato lo más rápido posible y, ahora que acabo de terminar de Bachillerato, estoy impaciente por empezar mi vida como universitaria, y muy probablemente en cuanto empiece la carrera esté hasta los c*j*nes y sólo quiera salir de allí y ponerme a trabajar enseguida. Cuando yo era niña y lo único que quería era crecer, tuve a una madre allí que me dijo que fuera paciente, que las cosas llegan cuando llegan y que no hay que precipitar nada. Pero ahora, al parecer, el mundo está lleno de madres ineptas que en vez de educar a sus hijas de manera sana les conceden todos sus caprichos, y si eso implica comprarles un sujetador con relleno aunque sean más planas que una tabla de planchar, pues se lo compran. 
Y es así cómo salen atrocidades como el Canguro Fest. Si eres lo suficientemente valiente cómo para buscar en Google lo que es, adelante, no te arrepentirás.


Volviendo al tema de mi madre, ella tiene una teoría, con resultados bastante positivos: a las niñas, al hacer la comunión, les entra un súper pavo de creerse súper maduras. Respecto a esto, he estado recordando mi época escolar, por aquella época, y es cierto que a partir de ese momento a muchas chicas de mi clase les empezó a entrar la tontería. Yo creo que a mí el tonto me ha durado menos y ha sido más suave debido al hecho de que no he hecho la comunión. Pero ya, bromas aparte, ¿qué tiene esta aparente inofensiva ceremonia religiosa que hace que todas las jóvenes de 10 años se empiecen a creer tan geniales? Tened en cuenta que si en una tienda hay esto es porque alguien lo compra.

Ahora, sin más dilación, diré el nombre de la tienda que se ha atrevido a tal aversión: Kiabi. Para los más observadores esto no será ninguna sorpresa, ya que probablemente hayan mirado en las etiquetas. Sí, señores, lo que más sorprende de esto es que no se trata de una gran internacional que hace un millón de cosas pérfidas y a todo el mundo parece darle igual (ej.: usar mano de obra infantil). Se trata de una tienda más bien grande, con precios bastante razonables, buen tallaje y con ropa no excesivamente fea. Me pregunto: ¿quién fue el peazo genio del marketing que se levantó un día pensando que sería buena idea venderle un sostén con aros y relleno a niñas pequeñas? ¿Y por qué dicho genio del marketing no está ahora mismo prudriéndose en los Campos de Castigo? 

Ahora llegará el típico listillo que dirá...
"No es para tanto". Porque da igual lo cabreado que estés sobre un tema, lo que te haya pasado o si quiera has conseguido escapar a los perversos juegos de Jigsaw, siempre estará el típio g*l*pollas que te dirá esa frase. "No es para tanto". Si has pensado alguna vez esto a lo largo de este... ¿artículo? ¿entrada?, por favor, imagínate esto: tu hermana pequeña, prima, sobrina, hija, o quien sea, vestida como esa tía por la que babeábais todos en la discoteca cuando perreaba reggateón a lo más bestia. 
Tras dejaros con esta grotesca imagen en la mente, os deseo buenas tardes y una buena reflexión. 

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo...
    La infancia (que por suerte nuestra generación tuvo) se está perdiendo,cada vez se adelanta más...
    Ahora,si no bebes,fumas y luces taconazos y escote de infarto,no eres NADIE...y las que no cumplimos eso somos las "raras" (por no decir algo peor)
    Llegaba el 6 de Enero,nos regalaban muñecas o peluches con los que éramos felices horas,ahora se les entrega eso y va a la basura...
    Me parece muy cierta la teoría de tu madre,y hasta me idéntico contigo,pues tampoco sufrí el impacto "comunión"...hablando de madres,ellas tienen mucha culpa de que esto pase,por permitirles a las hijas tomar vía libre,pero claro ¿cómo su niñita se va a estar convirtiendo en algo parecido a una FU...? ¡Eso es impensable! De hecho,las hay orgullosas de que sus niñas luzcan palmito y se parezcan a ellas...
    Es penoso y triste que las multinacionales se aprovechen de esto,pero mientras la caja esté llena,lo demás no importa...pero más penoso es pensar que mientras nuestras madres eran felices con una muñeca de trapo tejida por su abuela,las niñas de ahora lo son con un "set" de maquillaje y un sujetador que disimule lo que no tienen...

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