Llámalo como te dé la gana. La cuestión es que estamos ya en mi época favorita del año por dos sencillas razones: la primera es que empieza a hacer frío (aunque parece que este año en Madrid es excepción) y la otra es, por su puesto, ¡por Halloween! Mi fiesta del año preferida desde que era enana. No me preguntéis por qué, porque no lo sé. Lo único que sé es que algo dentro de mí se llena de paz cuando veo los comercios decorados con telas de araña, los niños pequeños disfrazados y todas las cadenas de televisión anunciando pelis de terror y similares.
Pero, ¿realmente conocéis el origen de Halloween y por qué se celebra? El que no ha levantado la mano, es su día de suerte, y el que la ha levantado, ya puedes bajarla, empollón.
Halloween es una fiesta de origen celta con mucha celebración sobre todo en países anglosajones. La etimología viene de "All Hallows Eve" (o en spanish, "Víspera del Día de Todos los Santos") que, por alguna extraña razón, a los inmigrantes Irlandeses que se fueron a EEUU les sonó igual que "Halloween". En fin, maravillas de la lengua inglesa... En realidad, esta fiesta viene de la celebración pagana llamada Samhain o "fin de verano", en la cual se celebraba el final de la temporada de cosechas y era considerado el año nuevo y principio de la época oscura. Los antiguos celtas tenían la creencia que esa misma noche la frontera entre nuestro mundo y el Otro Mundo era mucho más delgada que habitualmente, lo que permitía a los espíritus cruzar de un mundo a otro a voluntad. Con los espíritus benignos de familiares no había problema, ¿pero qué pasaba con los espíritus malignos? Los vivos se disfrazaban para evitar ser dañados. El Samhain también era una oportunidad para hacer el balance de alimentos y el ganado para prepararse frente a la época oscura.
Ahora sí, vamos con España. En una época en la que predominaban las festividades paganas, los papas Gregorio III y Gregorio IV intentaron sustituirla por una festividad católica, el Día de Todos los Santos, para honrar a los muertos. Ojo, no estoy diciendo que el Día de Todos los Santos sea menos válido históricamente o que sea una copia barata, estoy contando cuál es su origen. En realidad, este día ha ido adquiriendo su propia identidad a lo largo de los años, convirtiéndose en una tradición enteramente nuestra. Es más, yo diría que Halloween es a la Nochebuena lo que el Día de Todos los Santos es a la Navidad: será la noche de la víspera la que se celebra, pero la festividad en sí misma es al día siguiente.
Por otro lado, tenemos también testimonio de que los antiguos romanos también cogieron esta celebración de los paganos, adaptándola más a ellos. Durante finales de octubre principio de noviembre se celebraba la fiesta de la cosecha en honor a la diosa Pomona (diosa de los árboles frutales).
Y por último pero no menos importante, ahora vamos a hablar de nuestros amigos en México y su celebración de Día de los Muertos. Aunque obviamente esta festividad en México ha tenido mucha influencia de los colonizadores españoles, se sabe que se celebraba desde unos 3.000 años antes de la colonización, habiendo registros en la cultura mexica, maya, purépecha y totonaca (tranquilo, no tienes que saberte los nombres). Al contrario que nosotros, ellos no empiezan celebrando el Día de los Muertos el 31 de octubre, sino el 1 de noviembre, siendo el día 2 la festividad oficial y celebrándolo todo el mes (me iría a vivir a México sólo por eso, incluso aguanto el calor). Y no sólo hacían conmemoraciones a los muertos, también a los niños, simbolizando así la muerte y el renacimiento.
Bueno, ahora ya sabes un poco más sobre esta festividad que el yankee "truco o trato". Espero que esta entrada os haya resultado instructiva, a pesar de ser un poco más larga de lo habitual y con menos chorradas. Me parece importante saber un poquito de todo, ¡sobre todo si es sobre algo que te gusta! Si hay alguien (que lo dudo porque este blog no lo lee ni Dios) que conozca más celebraciones relacionadas con el mundo de los muertos, ¡que no se corte y comente! ¡Estamos aquí para aprender y reírnos un poco del ignorante!
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