martes, 28 de octubre de 2014

Percy Jackson y los dioses del Olimpo #1: El ladrón del rayo


Título: El ladrón del rayo
Título original: Percy Jakson and the Olympians: The Lighting Thief
Editorial: Salamandra
Autor: Rick Riordan
Género: Fantasía, mitología, aventuras

"Me encantaría contarte que tuve una profunda revelación durante mi caída, que acepté mi propia mortalidad, que me reí en la cara de la muerte, etcétera. 
Pero mi único pensamiento era: ¡Aaaaaaaaahhhhh!"

¿Qué pasaría si un día descubrieras que, en realidad, eres hijo de un dios griego que debe cumplir una misión secreta? Pues eso es lo que le sucede a Percy Jackson, que a partir de ese momento se dispone a vivir los acontecimientos más emocionantes de su vida. Expulsado de seis colegios, Percy padece dislexia y dificultades para concentrarse, o al menos ésa es la versión oficial. Objeto de burlas por inventarse historias fantásticas, ni siquiera él mismo acaba de creérselas hasta el día que los dioses del Olimpo le revelan la verdad: Percy es nada menos que un semidiós, es decir, el hijo de un dios y una mortal. Y como tal ha de descubrir quién ha robado el rayo de Zeus y así evitar que estalle una guerra entre los dioses. Para cumplir la misión contará con la ayuda de sus amigos Grover, un joven sátiro, y Annabeth, hija de Atenea.

Por fin después de tanto tiempo y tantos post en Tumblr, ¡consigo empezar con la saga de Percy Jackson y los dioses del Olimpo! Le tenía tantas ganas que no sabía ni por dónde empezar...
Creo que lo haré pensando en la gente que, al igual que yo, se ha visto la película antes que el libro, en mi caso, con cinco años de antelación. No tiene nada que ver la novela con el filme. Pero cuando digo nada, es nada. Nothing. Niente. Sólo el nombre de los personajes. Porque en el resto, ni en el argumento han atinado, lo que te da ganas de replantearte si algún miembro del equipo se ha leído el libro. Mi respuesta es obvia: no. Para empezar, en la versión original, Percy es un yogurín de 11 años, no como en la película que tiene 16-17 (pero como está interpretado por Logan Lerman eso se lo perdono). Luego, Annabeth es rubia, sí, una rubia lista. Grover no es negro, según el libro es castaño y con rizos; y no anda con muletas, es más, se menciona que, aunque cojea un poco, en realidad no tiene muchas dificultades a la hora de andar con zapatos. Escenas que no aparecen, personajes (como el dios Dionisio), ciertos detalles... Bla, bla, bla. No voy a pararme más en esto, que se podría hacer una tesis doctoral.
Quiero hablar de lo bien que me ha caído Percy. ¡Y yo pensaba que era borde! Tengo mucho que aprender de él... Con 11 años me supera a mí con 17. Me inclino ante el (semi)dios Percy Jackson. Sus perlitas las podemos ver no sólo en los diálogos, sino a lo largo de todo el libro, tengamos en cuenta que él es el narrador. Además, soy consciente que la gran mayoría de los protagonistas de novela juvenil son chicas de 15 años muy ñoñas, así que he agradecido bastante este cambio de aires en la forma de contar la historia. Gracias a Percy ahora me han entrado ganas de comer comida azul.
Por otro lado, quiero destacar el gran trabajo que ha hecho Rick Riordan con la mitología griega. No se ha limitado a copiar y pegar los mitos en algunas partes, ya que ha conseguido que el que los dioses Olímpicos puedan existir hoy en día parezca casi lógico, e incluso hace que parezca lógico que residan en Yankeelandia. Ahora gracias a tito Rick, me paso las clases de Latín, Griego y Literatura Universal exclamando: "¡Como en Percy Jackson!". Además ahora que estoy con La Ilíada y La Odisea, puedo observar que tito Rick realmente se ha leído estas dos obras, que no es simplemente algo que haya buscado en Google. Se nota que el hombre sabe de lo que hablar.
En resumen: un libro ligero muy recomendable para todo aquel que estudie Humanidades (¡como yo!) o que quiera saber más de mitología greco-latina.

1 comentario:

  1. ¡Con lo que me has contado en persona,esta entrada y lo que me gusta el mundo greco-latino cada vez veo más interesante este libro! ¡Cada vez me llama más!

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