Título original: The butterfly effect
Dirección: Eric Bress y J. Mackye Gruber
Géneros: Fantástico, thriller, drama
Evan Treborn, un joven que se está esforzando por superar unos dolorosos recuerdos de su infancia, descubre una técnica que le permite viajar atrás en el tiempo y ocupar su cuerpo de niño para poder cambiar el curso de su dolorosa historia. Sien embargo también descubre que cualquier mínimo cambio en el pasado altera enormemente su futuro.
No apta para niños. La pillé ya empezada, pero no me costó nada coger el hilo: Evan está enamorado de su amiga Kayleigh, a la cual besa en el cine y llega Tommy, el hermano psicópata de la chica, y se pilla un cabreo de cuidado, tanto que poco después quema vivo al perro de Evan. Ahí fue dónde empecé a verla. Realmente se coge manía al personaje de Tommy por una sencilla razón: mata al perro. Sí. Ya puede el sádico de la película matar a toda la gente que quiera, que siempre le odiarás por hacerle daño al perro. Demostrado.
La película te deja con un cierto ardor de tripas, al principio por la mala leche de los niños, y después en una de las vidas alternativas que se crea Evan: en la que él y Kayleigh son súper populares y súper guays en una fraternidad universitaria, en la que el ambiente resulta tan superficial e hipócrita que dan ganas de vomitar. Es realmente un filme realmente paranoico, me ha dejado con muchas dudas y da muchos quebraderos de cabeza. Aún así no es mala.
Mi momento favorito fue el final, que no lo voy a decir porque sería spoiler, sólo dar un aplauso por poner de banda sonora esta canción tan bonita: Stop Crying your Heart de Oasis.
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